martes, 25 de marzo de 2008

PALAMEDES SOUSA
El fin de Palamedes
Palamedes Sousa creyó que su fin estaba cerca cuando comprobó que la uña del dedo gordo de su pié izquierdo comenzaba a crecer nacarada por la raíz.

Por lo que su memoria alcanzaba, esa uña siempre había tenido la apariencia de una almeja. Ahora, los hongos que le habían acompañado en aquella lejana frontera del cuerpo, la abandonaban. Se retiraban ordenadamente.

“Las ratas abandonan el barco”se dijo. "Supersticiones" concluyó.

Palamedes miraba satisfecho la uña sobre todo cuando la podaba. Pronto llegaría el momento en el que no tendría que avergonzarse de ella.

Enterraron a Palamedes cuatro meses más tarde. En el tanatorio su nieta preguntó: “¿Mamá por qué el abuelo está al revés en el ataúd?”