jueves, 20 de mayo de 2010

POÉTICA DE BOLSILLO
INCENDIO EN LA DISCOTECA

Las ideas convocan a las palabras a una fiesta
en la cual habían prometido una pasarela llena de aplausos
pero era una trampa pues al poco aquellas gritaron fuego
y estas comenzaron a deslizarse por los oscuros pasillos del pánico
sin encontrar la salida, abandonándose unas a otras
en un puro instinto de supervivencia.

En esa oscuridad se separaron para siempre
caca, culo y pis, amigos y eternos,
amor y deseo, agua y dulce, bondad e inteligencia,
y millares de tríos y parejas de palabras
buscaban cada una por sí mismas su propia salvación.

El silencio ya llegaba hasta el techo
y las palabras fueron muriendo solitariamente
de una en una en el espantable caos mudo
de aquel local esférico con forma de planeta.

Veo a muchas de ellas moribundas, pisadas por las otras,
muertas de asfixia y aplastamiento
mientras suenan las alarmas
por las ausencias del amor y del talento
ya que las puertas de mis labios siguen cerradas
y las palabras siguen muriendo.

EPÍLOGO

Orbitando lánguidamente en el espacio
esperan su hora las imágenes,
fascinadas ellas ¿Quién lo iba a decir?
por el incendio y el atropello de las palabras
que ya comienzan a oler a carne chamuscada
del sentido, de la metáfora.

La escena se funde en negro
mientras una le dice a otra:
Valemos por mil de ellas.