miércoles, 20 de enero de 2010

POÉTICA DE BOLSILLO
LLUEVE
Llueve, mis zapatones comprados en León el día que me sorprendió aquella nevada, se comportan como expertos navegantes en la alegría inocente del agua que baja deslizándose ruidósamente como niños en carretillas por la calle empinada que me lleva al local donde me es permitido abrir esta ventana.

Llueve, sí. El agua se constituye en recuerdo sobre mi piel: ¡Tantos aguaceros desde el primero...!

Abro la ventana y apoyo los codos en el alféizar, las manos en mis mejillas, miro y veo la era repleta con las mismas espigas de ayer. Me maravillo al pensar que las había segado dias atrás, "Será cosa do auga". Veo una vez más vuestras frases y el tiempo acepta volver atrás contradiciendo toda experiencia científica y disfruto de vuestra muda existencia.

Desde el Finis Terrae, siempre vuestro, Ubaldo.