POÉTICA DE BOLSILLO
AGUAS LIMPIAS
Cuando el agua corre transparente
después de estar un tiempo estancancada
se van los sinuosos reptiles,
se van los malos aromas de podridas retamas
ahogadas por las miasmas de un vapor envenenado.
Entonces retornan los alegres pájaros,
las marmotas fabriles haciendo pantanos
que dejan correr el agua suficiente medida y calculada
para ser agua transparente donde retozar y construir.
Ya no será igual que antes
pués las aguas erosionan el terreno
pero es mucho mejor que corran
cantarinas en un nueva forma del rio.
El rio que es agua y lecho
Somos a veces agua y otras sustento.
El agua que llevamos dentro
simpatiza con ese rio en movimiento
ya que animales somos de agua contituidos
en un sesenta y cinco por ciento
y nos alegra su contento.
Vuelven las aguas a moverse
reflejando sobre el fondo del río
los rayos de un sol naciente
que ilumina los pececillos.
Pececillos que son nuestros deseos,
inquietos, ávidos de alimento
pero que ahora no se dejarán atrapar
por la mosca artificial
de un deseo fraudulento.
Canta el rio y su eco
hace muy confortable
el lecho de yerbas de la ribera
donde, en un futuro muy lejano,
desearía verme muerto.
A tu lado cerca del mar o de un rio
nunca de aguas quietas
nunca perezosas y estancadas
como en los maleficios
de ranas y de princesas
que esperan aternamente
el beso mágico prometido
por sacerdotes ignorantes del amor
compromisarios de la imaginación
de la libetad maligna y del deseo egoista.
Hoy me ha invitado al cine mi amada
y se rompieron las exclusas de madera y basura
que las recientes tormentas
habian casi consolidado.
Hoy las aguas corren sobre un cauce modificado
pero corren cantarinas cobrando viejos significados
domingo, 5 de julio de 2009
POÉTICA DE BOLSILLO
REINVIDICACIÓN DEL LLANTO
¿Quién puede asegurar que el llanto de un niño
es diferente al de un hombre?
Las fuentes del llanto infantil se pueden cegar
con amor y el amor es alimento. ¿Acaso el de los hombres no?
Los llantos del hombre pueden ser tan agudos
como los de un niño que tiene hambre.
Hambre es la palabra que alimenta todo llanto.
Hambre. En eso se resume toda pena.
Llora niño, llora hombre si tienes hambre
porque la única posibilidad que tienes
de obtener lo que te aplacaría el llanto
será el ser debidamente escuchado.
Llora hasta la desesperación
aunque te des vergüenza a ti mismo y si eres hombre
aprende del niño que llora sin culpa sin vergüenza
solo y nada menos que por apetito.
Tienes derecho a ser alimentado y si tienes hambre
llora para que alguien te mire y vea tu necesidad
y ponga en tu boca el alimento imprescindible.
LLora, grita, suplica, patalea,
que de todos los que te escuchen
alguien acudirá a saciarte
en un milagro de vida
que sostiene nuestra especie
cuyo destino es llorar
si la privan de lo más elemental.
El alimento que te den hará que crezcas entre nosotros,
sano, robusto, entregado y generoso
porque aprendiste a dar cuando te dieron
el alimento del amor verdadero
que tanto necesitabas.
Y, por favor ¡Deja de llorar que ya tienes nuestro amor!
REINVIDICACIÓN DEL LLANTO
¿Quién puede asegurar que el llanto de un niño
es diferente al de un hombre?
Las fuentes del llanto infantil se pueden cegar
con amor y el amor es alimento. ¿Acaso el de los hombres no?
Los llantos del hombre pueden ser tan agudos
como los de un niño que tiene hambre.
Hambre es la palabra que alimenta todo llanto.
Hambre. En eso se resume toda pena.
Llora niño, llora hombre si tienes hambre
porque la única posibilidad que tienes
de obtener lo que te aplacaría el llanto
será el ser debidamente escuchado.
Llora hasta la desesperación
aunque te des vergüenza a ti mismo y si eres hombre
aprende del niño que llora sin culpa sin vergüenza
solo y nada menos que por apetito.
Tienes derecho a ser alimentado y si tienes hambre
llora para que alguien te mire y vea tu necesidad
y ponga en tu boca el alimento imprescindible.
LLora, grita, suplica, patalea,
que de todos los que te escuchen
alguien acudirá a saciarte
en un milagro de vida
que sostiene nuestra especie
cuyo destino es llorar
si la privan de lo más elemental.
El alimento que te den hará que crezcas entre nosotros,
sano, robusto, entregado y generoso
porque aprendiste a dar cuando te dieron
el alimento del amor verdadero
que tanto necesitabas.
Y, por favor ¡Deja de llorar que ya tienes nuestro amor!
PALAMEDES SOUSA
PALAMEDES SOUSA EN SU ANIVERSARIO DE 2021
El setentatrigésimotres aniversario de Palamedes Sousa le pilló desprevenido,
otra vez un nueve de Septiembre,
y entre la melancolía y la percepción de que su mundo ya se había desvanecido
decidió ponerse en movimiento. De sus amigos le había quedado la impronta
de nunca quedarse quieto aunque las fuerzas pareciesen fallar.
"Mejor la calle que la cama" recordaba que le dijeron todos y el último de ellos.
La diferencia con sus ausentes era precisamente eso, el movimiento,
así que se puso el traje antibacteriano de neopreno, su mochila social de sustento
donde refulgían con diversos colores las pastillas de alimentos.
Cubrió su cara con una mascarilla de último modelo
que había comprado por neocom firmando pagos sin descuento.
Subió lentamente aquella montaña cerca de su habitáculo desde donde podía percibir
las ruinas de su barrio, las ventanas abiertas a los cuatro vientos
donde habian habitado las almas y los cuerpos de quienes le habian precedido
en el conocimiento de los dolores y soledades de los que los humanos hacen intercambio,
siendo su memoria sin embargo generosa con los buenos y los malos.
Recordaba aquella montaña fresca, cuidada, llena de gente diferente
donde se podían leer sobre la yerba fresca las noticias en las cuales nadie veía
el perfil de las sombras del presente.
Siguió subiendo hasta llegar a contemplar el mar marrón y el
sol rojo oscuro permanente, hizo su último banquete
de alimentos sintetizados en granjas de todo el orbe y siete tragos de gloquinol
que le ayudaron a moverse en la dirección en la que todos estamos destinamos a ser movidos o moverse.
Se deshizo del traje, de la mascarilla y minutos después desnudo, antes de desvanecerse
sobre las nuevas poseidoneas terrestes se dijo: "Ha sido suficiente".
PALAMEDES SOUSA EN SU ANIVERSARIO DE 2021
El setentatrigésimotres aniversario de Palamedes Sousa le pilló desprevenido,
otra vez un nueve de Septiembre,
y entre la melancolía y la percepción de que su mundo ya se había desvanecido
decidió ponerse en movimiento. De sus amigos le había quedado la impronta
de nunca quedarse quieto aunque las fuerzas pareciesen fallar.
"Mejor la calle que la cama" recordaba que le dijeron todos y el último de ellos.
La diferencia con sus ausentes era precisamente eso, el movimiento,
así que se puso el traje antibacteriano de neopreno, su mochila social de sustento
donde refulgían con diversos colores las pastillas de alimentos.
Cubrió su cara con una mascarilla de último modelo
que había comprado por neocom firmando pagos sin descuento.
Subió lentamente aquella montaña cerca de su habitáculo desde donde podía percibir
las ruinas de su barrio, las ventanas abiertas a los cuatro vientos
donde habian habitado las almas y los cuerpos de quienes le habian precedido
en el conocimiento de los dolores y soledades de los que los humanos hacen intercambio,
siendo su memoria sin embargo generosa con los buenos y los malos.
Recordaba aquella montaña fresca, cuidada, llena de gente diferente
donde se podían leer sobre la yerba fresca las noticias en las cuales nadie veía
el perfil de las sombras del presente.
Siguió subiendo hasta llegar a contemplar el mar marrón y el
sol rojo oscuro permanente, hizo su último banquete
de alimentos sintetizados en granjas de todo el orbe y siete tragos de gloquinol
que le ayudaron a moverse en la dirección en la que todos estamos destinamos a ser movidos o moverse.
Se deshizo del traje, de la mascarilla y minutos después desnudo, antes de desvanecerse
sobre las nuevas poseidoneas terrestes se dijo: "Ha sido suficiente".
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