jueves, 7 de octubre de 2010

POÉTICA DE BOLSILLO
SI ACASO VALENCIA
Aquella ciudad en sus horas lunares
se ofrecía fértil de aventuras al pié de los pasos
que mi cuerpo daba en direcciones ignoradas,
alejándome todas de la perfecta habitación que me esperaba.

En el mapa de los territorios inexplorados de aquella ciudad
mis deseos paseaban más despiertos que yo mismo
y ella, acostumbrada a millones de seres tales como yo,
me seducía expertamente con sus neones de colores imposibles
y la melena húmeda de sus asfaltos negros
que desplegaba en calles llenas de futuros,
la muy puta.

Sentía el plomo de mis pasos, sentía el tambor de mi alma,
sentía la locura que me embargaba y también
la decisión de mirar cualquier mirada y escuchar cualquier palabra
y tocar lo que tocara.

La soledad debe ser algo así.