DÉCIMA NOCTURNAL
Incapaz de hacer siquiera
la décima de un fracaso,
me retiro por si acaso
a mi rama, a mi litera.
Desparramo en la albufera
de mi vida inacabable
la fértil arena amable
que anegue vuestras penas.
Mi sangre, la de mis venas,
es un río interminable