POÉTICA DE BOLSILLO
FELICES VACACIONES
AÑO 2007
“Pero por favor - dijo el director de la sucursal - ustedes nos están pidiendo una hipoteca de 120.000€ para pagar su piso cuando nuestro tasador nos dice que su valor de mercado es de 300.000€. Por supuesto que se la vamos a dar en las mismas condiciones aunque, eso sí, en vez de 20 años serán 35. La amortización mensual será la misma y los intereses seguirán la misma regla del EuroIbor de la que hemos hablado. Así que ustedes están de suerte porque dispondrán de una cantidad sobrante para muebles, coche y viajes por ejemplo. Confiamos en ustedes que son trabajadores de empresas serias y confiamos en su compromiso. Nuestro banco está para ayudarles.¿Qué les parece?”
El marido miró a la mujer y ella rehuyó su mirada.
Los dos firmaron.
AÑO 2008
El matrimonio era feliz. Por fin tenían una casa en la que residir ámpliamente con sus dos hijas. El barrio era perfecto y en el garaje dormía un Toyota Prius híbrido, no en vano ambos eran de la corriente ecologista. Todos estaban morenos pues habían ido de vacaciones a Cancún, los cuatro, con una oferta financiada por el mismo banco.
La mujer había dejado de trabajar para dedicarse más a su familia y a la casa que era grande, una asistenta a día completo les cobraría casi tanto como lo que ella ganaba. Eso le permitía estar más tiempo con sus hijas mientras el marido cada día trabajaba mucho pues la empresa lo ocupaba unas cuantas horas más diariamente sin aumentarle el sueldo. Le dijeron que era imprescindible para el futuro de la empresa competir con más productividad. Llegaba a casa a las nueve de la noche con las baterías del Prius casi agotadas en las retenciones de la autopista y muy agotado él también.
Hubieron tres pequeños inconvenientes aquel año y fueron que el convenio de la empresa del marido se firmó con un incremento del 1% del salario base bruto, el EuroIbor subió un 3% y los precios del consumo doméstico aproximadamente un 5,5%. Pero en fin, su salario era suficiente para aguantar las diferencias aunque tendrían que olvidarse de ir a Eurodisney en compañía de la familia del concejal de Urbanismo, vecinos suyos. La celebración del octavo cumpleaños de las gemelas habría de ser más sencilla.
AÑO 2009
Fue ese año cuando la empresa del marido declaró un reajuste laboral mediante el cual prescindía entre muchos otros de él para salvar la mitad de los puestos de trabajo. Se encontró en casa con poco más de 35.000€ correspondientes a la indemnización por los años trabajados y con 43 de edad. Sintió miedo.
También fue el año en que el EuroIbor volvió a subir; esta vez un 3,4%.
Entre la hipoteca, los plazos del coche, los del viaje a Cancún y los recibos domésticos que habían subido un 18% en relación a dos años antes, la pareja comenzó a vislumbrar que allá por septiembre iría escasa de dinero.
AÑO 2010
En Marzo ya les habían cortado el teléfono – y el ADSL, claro – las gemelas protestaron por no tener acceso a Internet pero sus padres vendieron el Prius por 4.500€ y pudieron pagar agua, gas y electricidad durante seis meses sin embargo no pudieron pagar la hipoteca.
Cuatro meses después el banco les comunicó que lamentándolo mucho, por instancias judiciales, habían embargado sus pequeños fondos además de las cuotas del paro del señor aunque dejando el equivalente al salario mínimo interprofesional sin embargar, aproximadamente unos 600 €.
Cuando les llegó el extracto bancario de Octubre los dos lo leyeron, el marido miró a la mujer y ella le devolvió una mirada de animal atrapado.
Por Navidades les llegó la notificación de desahucio. El marido dijo: “Mujer no pasa nada nos quedamos sin casa pero dejamos de deber dinero. Nos vamos todos a la de tus padres y de paso que los cuidamos esperamos tiempos mejores”.
Ella rehuyó su mirada y bajando la cabeza pensaba en el nuevo colegio que tendrían que buscar para sus hijas.
A finales de Diciembre se celebró el juicio de desahucio en donde el mismo tasador de hacía tres años valoró el piso en 120.000€ apoyándose en las nuevas realidades descendentes del mercado. Con lo cual la pareja además de retornar el piso, seguía endeudada con el banco en la cantidad de 194.000 € pues, “Señoría, tal como le adjunto en este documento, los incrementos interanuales del EuroIbor y las penalizaciones por demora en los pagos suman esa cantidad”, dijo el abogado del banco y su Señoría estuvo de acuerdo.
AÑO 2011
Los suegros del marido estaban contentos de poder ayudar en su vieja y gran casa a su hija, su marido y las dos nietas pues la pensión que ambos recibian eran suficientes para una vida austera pero tranquila para todos ellos. Las chapuzas que el marido realizaba iban dando más o menos para pagar la deuda pendiente.
Fue cuando el EuroIbor se desbocó hasta el 5% y coincidiendo con la congelación de las pensiones efectuada por el Gobierno, las gemelas también comenzaron a preocuparse. "Están raros", se decían.
El marido miró a la mujer que tomando en sus manos el bote de arsénico y la botella de agua que aquel le ofreció, se dirigió a la habitación donde jugaban las niñas. Su marido iba detrás llevando cuatro vasos de plástico.
El director de la sucursal se disponía a emprender sus vacaciones cuando en la pantalla le saltó el aviso de la compañía de seguros con la que trabajaban: "Adjuntamos documentación del óbito de sus clientes 234499588473 y 234499588513. Confirmen datos para proceder a las compensaciones contratadas en póliza AVZ20071203-BCN".
Leyó el documento adjunto, dio su conformidad y se despidió de sus empleados hasta Septiembre.