viernes, 12 de octubre de 2012
DISCUSIONES EMPAREJADAS
Abrir las sentinas en pleno océano, despreciando toda contaminación que se pueda provocar, inmersos en la batalla del agua y el viento de la tormenta y gritar muy fuerte tus razones con la boca llena de la lluvia de las mias no es necesariamente una mala situación. "Por allí resopla" no será un destino fatal sino un encuentro con la resolución necesaria capaz de ahogar en un lazo coralino nuestras diferencias.
Vestidos de coral, vivalbos y algas envejeceremos en las aguas del tiempo y nos presentaremos ante el mundo como seres predestinados mutuamente.
Si yo grito "Pon el foque a barlovento", tú respondes " Por babor entra el agua, sotavento, sotavento". Y mientras discutimos la maniobra, el agua de las olas del mar nos inundan, arrastrando las pertenencias que habíamos embarcado el día que decidimos navegar juntos.
La tormenta amainó y el bajel, desarbolado y vacio de todo lo que habíamos acumulado antes de comenzar las singladuras que nos esperaban, se tambaleaba pero poco.
La mar, la tormentosa discusión acuática de lágrimas y sal , arrebató de la cubierta los acuerdos iniciales y tuvimos que constituir nuevas cartas de navegación porque quisimos seguir explorando el océano de la vida.
Va en nuestro carácter y seguiremos navegando, siendo uno del mar y tú de tierra adentro.
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