ESTAMPAS HERCULINAS - 06
HABANERAS EN EL HOSTAL MIAU DE A CORUÑA
No hablo por mí si no por los fantasmas avejentados que veo,
agarrados a una guitarra y a siete vinos de calidad modesta
que les alegra los dedos sobre las cuerdas de naylon.
Veo tristeza, frustración, deseo inalcanzable
y voces disonantes que intentan coordinarse
en el canto grupal de unas melodías antañonas
que parecen surgir de un grupo subterráneo de lemures
supervivientes de un suicidio colectivo.
Admirables resistentes que decidieron
no seguir a la manada por el precipicio de la desesperación.
Cantan y van muriendo sin enojarse,
se jalean entre ellos, se arrebatan la guitarra,
se mofan de la afinación imperfecta del compañero
y se recuerdan unos a otros versos de canciones intemporales.
Alguna mano consoladora sobre un hombro
y un camarero que atiende los vasos
mientras las piernas marcan entre charcos etílicos
el ritmo de una canción popular del siglo pasado.
Estoy casi solo y sin embargo muy acompañado.