martes, 15 de junio de 2010

POÉTICA DE BOLSILLO
BOSQUE LÁCTEO
Tengo 61 años y debería estar tranquilo, es más y lo és, me gustaría estarlo pero si nunca busqué un futuro debo aceptar que se presente sin condiciones impuestas, ni maneras a mi gusto. El futuro es medianamente educado pues cuando llega se descubre pero no pide permiso.

Tomemos las cosas tal como son y olvidémosnos de la infancia, no vaya a ponerme nervioso porque sienta que las amenazas se acercan susurrando entre ellas planes contra mí y que no me dejarán disfrutar ni si quiera de un pequeño y sensible tiempo libre de preocupaciones y dudas tenebrosas por última vez.

Es propio de los seres humanos sentir unas crueles risas lejanas cuando se interrogan a si mismos, su pequeño atisbo de realidad, eso es lo que ahora mismo estoy oyendo.

Y es que todo es una prueba actoral en un escenario cutre y mal iluminado donde somos rechazados sistemáticamente pués el jurado está presidido por la dama celosa en la que todos pensamos.

En una rama del árbol de las desesperaciones aquí me tenéis, espantando mis miedos con el canto nocturno del búho en el bosque lácteo de vuestras pantallas.