Mis dedos están inquietos como diez caballos
deseando salir de los portillone
Se abren las compuertas y comenzamos a correr sobre el teclado.
De momento parece ser que "u" no tiene muchas adhesiones y se paga 15 a 1.
Quedan cinco vueltas y al finalizar la primera se cerraron las taquillas de apuestas.
"i" va quinto y los dedos siguen tecleando mientras el deseo ruge
y la reina se hace traer sorbetes desde su finca cercana, apretando en la mano sus apuestas.
Pamelas y chisteras, bastones ducales y palabras, palabras que salpican barro al paso de los dedos
sobre nuestros ojos mientras van ganando las vocales habituales en el húmedo hipódromo de plástico .
Queda una vuelta y rompo mis boletos pues la letra por la que aposté se ha caído
y con ella el jinete que me representa
El año que viene apostaré otra vez aunque preferiría no hacerlo.