lunes, 10 de septiembre de 2012
UN LLANTO INÚTIL
Pronto me quitarán, calculo, el 21% de mi pensión. ¿Quién me retorna todo el dinero que le he dado a mi hija, buscadora impenitente de trabajo, para ayudarla a subsistir?. Resulta que el Papá Estado es solamente papá, o sea yo. A eso hemos llegado y... cuidado, puede que no haya acabado el descenso. Lo que es un precipicio nos lo venden como un tobogán vertiginoso donde nuestro vómito no cae precisamente sobre los que controlan los mandos de esta enomre montaña rusa de sufrimiento y desconcierto.
Ahora se van los dos a Japón. Aquí no hay dinero para pagar a un científico de cuyas patentes vivirán asiáticos desconocidos. Mientras mi hija va a un país que, ni sabe inglés, y rechaza la integración de gente foránea, deberá reprogramar su "chip". Un "reset" completo. Pero el maldito tiempo seguirá avanzando.
Dicen que serán dos o tres años, yo digo que serán doce, ojalá me equivoque. Y bueno fuera que yo asumiese cualquier cosa pués son sus vidas. Yo también tendré que hacer un "reset". La mía sin Iris, mi vida digo, ya no será la misma. Cuantos más años viva ella allá serán menos años de cotización en este país. Me diréis: Si hablas de cuando estés muerto ¿Qué te importa?.
Tenéis razón.