miércoles, 20 de febrero de 2008

LARACHE IV - 1950

En Larache los militares españoles y sus familias vivian un momento muy entusiasta pués aparte de que la vida no tenía carestías todo era más abundante y barato que en la península y como las operaciones militares eran prácticamente nulas la gente se dedicaba a realizar celebraciones públicas de nuestra cultura. Una manera más de imponer nuestra presencia allí.

Una vez eran los sevillanos con su fiesta, otra los murcianos y así todas las pequeñas teselas de nuestro étnicamente rico país.

Eran frecuentes la ruas de carrozas de cada grupo, sobre todo a partir de la primavera.

Recuerdo que mi segundo espanto lo tuve una atardecida cuando entre todas las carrozas había una que portaba como motivo un enorme - hoy a lo mejor sabría que no era más alto que yo hoy mismo - un enorme, digo, Pato Donald que abría y cerraba su enorme pico.

Ya entonces percibí la malignidad de los diseños de Disney.

Acobardados de mi miedo ante sus amigos, mientras todos sus hijos e hijas apludian yo pataleaba y lloraba operísticamente y mis padres volvieron a casa.

Aquella noche me meé en la cama cosa que no me sucedía desde hacia un año o así.