POÉTICA DE BOLSILLO
ALIEN
Dijiste que no importaba que tuviera solo dos piernas
y tan solo también dos brazos mientras me acariciabas
con todos tus tentáculos.
Recuerdo claramente que insististe en que
eran mis ojos los que te servían para conocerme
y que te gustaba lo que veías en su interior.
No sé como te encontré pero conseguiste cambiar
una pesadilla en un sueño amable y pacificador.
Al despertar estaba calmado y satisfecho
sabiendo que existes en algún lugar del Universo.
Tus cinco ojos maravillosos,
tus doce tentáculos y la cálida empatía que desprendes
me hace sentir niño querido y soñar en estrellas binarias
con planetas donde los soles no se ponen nunca y no existe la noche,
y donde estoy seguro que vives entre los tuyos
y que dispones del sueño diurno para comunicarte conmigo mientras dormimos
tú entre luces permanentes y yo entre lunas a veces ocultas.
Sé que también eres hija del tiempo.
Soñemos juntos y esperemos esa hora deliciosa e indeterminada que nos une.
Cada vez que veo a alguien muy distinto a mí por la calle
me acuerdo de ti y echándote de menos le regalo una sonrisa.
Me dijiste tu nombre, por el cual te conocen
los que viven a tu lado y lo he olvidado
de tan difícil que le resulta pronunciarlo
a un humano.
Te espero esta noche, estaremos en contacto.
Dejo esto escrito en la nube de la que nos hemos dotado los humanos
por si algún día tu especie decide visitarnos y constaten
que hubo un terráqueo que te quiso y te apreció
más allá de las distancias morfológicas, del tiempo y del espacio.