PALAMEDES SOUSA LEE LA PRENSA VICTORIANA
(Antecedentes que no conoce Palamedes Sousa)
En la cueva hacía frío y en una de sus paredes ciertas frases, escritas quizá con piedras, con estilo cuneiforme, atrajeron la mirada del explorador. La luz de la antocha de su sirviente oscilaba con el aire cada vez más violento y al cabo se cansó de mirarlas. Nada entendía y la antorcha se apagó.
Flaterly Junior había mirado los signos con una copa de sherry en la mano mientras las frases se callaban esperando nuevos siglos hasta que la luz volviese.
Al no entender lo que señalaban aquellos signos no vió que tres-catorce-diecises ya había sido formulado cinco mil años antes del reinado del rey Jorge y sin abandonar su conciencia de pertenecer a su clase social, o precisamente por ello mismo, despreció lo que no entiendía. Sin siquiera con un mohín de disconformidad dió sus espaldas a las rocas que le gritaban una verdad que le haría inmortal si supiera verla y abandonó la tarea. Sus trabajadores comprendieron su desinterés y se dispersaron en busca de sus familias antes de que estallese la tormenta.
Rugìó el polvo en densísimas nubes ocres sobre las tiendas militares de grueso tejido sudanés y el hijo de los Flaterly se estiró en su cama mientras diseñaba en duermevela un campo de criket para enseñar tan delicado juego a los indígenas.
En aquella cueva cercana los murciélagos se despertaron agitados por el viento sucio que les azotaba pero se quedaron quietos pués la Luna todavía no se había presentado.
Tanta era la fuerza del viento que la copa y la botella, dentro de la tienda, se llenaban de arena así como la boca del teniencillo que roncaba temerariamente con la boca abierta dejando tras de sí su historia.
(Palamedes Sousa abre un períódico que ha comprado en el Rastro)
THE EVENING STANDARD - 19, July, 1932
"El teniente de su Majestad, Sir John Flaterly de los Flaterly de Shinian, doudécima generación desde Ricardo, de la quinta brigada de los Leones de Dalmacia, ha comunicado por correo a nuestro corresponsal en El Cairo que ha sido encontrado el cadáver de su hermano menor, teniente de nuestra Reina en unas remotas montañas que todavía no han sido cartografiadas por nuestro honorable ejército. No se han producido bajas. Sir Flaterly comenta que la actitud del cadaver era serena como corresponde a la dignidad de un coracero de su Majestad. A los piés de su lecho, sigue informando su abatido hermano, había una tablilla de pizarra donde aparece la siguiente frase que este periódico considera sumamente enigmática: "Ellos ya lo sabían, lo sabían". Seguiremos informando