miércoles, 27 de febrero de 2008

LARACHE V - 1951
EL LADRON DE LA CHUMBERA
Una tarde silenciosa en la terraza me dediqué a confeccionar un avión de papel. No recuerdo de donde saqué la sabiduría para hacerlo. Pero me acuerdo que lo hice. Cuando el avión estaba preparado lo lancé sobre el murete de la terraza y planeó mucho tiempo, unos dos minutos. Hoy supongo que gracias a las fuerzas ascensionales del aire debido a la gran temperatura. El caso es que yo pensaba que el avión volvería y me quedé como una hora esperando. Mirando el desierto y la calle y del avión: Nada.

Estaba yo esperando a que el avión volviera cuando oí gritos y lo que hoy sé que eran disparos. Una persona corría por el desierto con una maleta en las manos y los que le seguian estaban a punto de alcanzarlo. Entonces, lo recuerdo muy bien, tiró la maleta entre las chumberas y salió por pìernas mientras dos o tres soldados se olvidaron de él y recogieron la maleta. Quizá los propios soldados desvalijaron la maleta y echaron en sus declaraciones la culpa al ladrón.

Cuando les conté a mis padres lo que había visto nuevamente sentí sus miradas preocupadas.
"Vaya niño nos ha tocado", sentí que pensaban.

Veo chumberas en Mallorca y me dan ganas de tener una maleta en la mano.

sábado, 23 de febrero de 2008

LARACHE IV - 1951
SOLEDADES Y TERRAZAS
Por entonces yo no sabía porque mis padres me animaban casi cada tarde a jugar y estar solo en la terraza. La terraza de nuestra vivienda marroquina era grande y en un ricón tenia un habitáculo que era lavadero y almacen. Allí, en verano, siempre había en medio de una palangana profunda y grande una gran barra de hielo la cual yo lamia con mi lengua mientras metía mis manos en el agua helada. Una vez satisfecho solía volver a la terraza, en medio de un silencio caluroso y aterrador solo roto por el canto de lo que hoy sé que eran cigarrras pero entonces pensaba que eran pájaros malos.

Sol, terrazo caliente, pantalones cortos, piel ardiendo, lengua más llena de sed después de haber lamido el hielo, cric cric, crac crac,. cric cric, crac crac... aburrumiento, miradas a la calle, nadie.... tres de la tarde Marruecos.... de pronto una hoja de papel..., cuatro añitos y unas manos que doblan la hoja, un avión de papel, vuela y se pierde. Estoy triste... ¿Que estarán haciendo mamá y papá?
Vuelvo al cuarto que tiene sombra y meto mi cara en el agua helada para lavar mis lágrimas.

miércoles, 20 de febrero de 2008

POÉTICA DE BOLSILLO
LAS PUERTAS DEL PARAISO
Si yo fuera tú sentiría cosas que ni me imagino,
Un cuerpo entregado, un alma sensitiva, un cariño
Que no se parece en nada al mio. Aunque reivindico
Sus tonalidades y sus matices dado que soy hombre.

Siento la carencia de no saber querer como mujer
Es como desear llegar a un planeta nuevo
Cuya atmósfera nos intoxique dulcemente
haciendo que tú seas yo y yo tú .

Deseo tanto sentir la pequeña calidad de mi cariño que recibes
Tan generosamente como lo hace la tierra a pocas gotas de lluvia que caigan.
Deseo tanto entrar en tu alma mucho más que en tu cuerpo
Aunque éste sea una dulce residencia con perfume de leños ardiendo.

En fin, quisiera vivir la experiencia de ser mujer, para amarte
Mucho más completamente.
LARACHE IV - 1950

En Larache los militares españoles y sus familias vivian un momento muy entusiasta pués aparte de que la vida no tenía carestías todo era más abundante y barato que en la península y como las operaciones militares eran prácticamente nulas la gente se dedicaba a realizar celebraciones públicas de nuestra cultura. Una manera más de imponer nuestra presencia allí.

Una vez eran los sevillanos con su fiesta, otra los murcianos y así todas las pequeñas teselas de nuestro étnicamente rico país.

Eran frecuentes la ruas de carrozas de cada grupo, sobre todo a partir de la primavera.

Recuerdo que mi segundo espanto lo tuve una atardecida cuando entre todas las carrozas había una que portaba como motivo un enorme - hoy a lo mejor sabría que no era más alto que yo hoy mismo - un enorme, digo, Pato Donald que abría y cerraba su enorme pico.

Ya entonces percibí la malignidad de los diseños de Disney.

Acobardados de mi miedo ante sus amigos, mientras todos sus hijos e hijas apludian yo pataleaba y lloraba operísticamente y mis padres volvieron a casa.

Aquella noche me meé en la cama cosa que no me sucedía desde hacia un año o así.

jueves, 14 de febrero de 2008

LARACHE III - 1950



En Larache había un cine: El Principal. Mis padres me habian llevado a él dos veces pero resultó un fracaso porque en cuanto se apagaban las luces me ponía a llorar insistentemente. La segunda vez mi madre me recogió en su pecho pero cuando vi en plano subjetivo aquel autobús que se nos venía encima grité como un desesperado y salimos todos del cine.

Llegó el verano y una de aquellas tardes que mi padre me llevaba a pasear mientras mi madre estaba a lo suyo se encontró con un amigo con cuya mujer estaba precisamente mi madre y charlaron un rato. Entonces el amigo le propuso a mi padre que ya que estaban cerca del cine de verano del casino militar fueran a ver una película. Mi padre dijo que yo era incapaz de ver una película que me asustaba que pataleaba y lloraba y, cosas de la vida, el amigo de mi padre me dijo si quería ir al cine y yo le dije que sí. Los niños sabemos ser crueles.

Cuando llegamos a casa mi madre le preguntó como había ido la tarde y mi padre le dijo que muy bien fuimos al cine. Al cine dijo mi madre. Si. Y el niño qué. Aplaudiendo toda la película. Me miraron con extrañeza y cierta preocupación.


FIN DE MI DISGUSTO POR EL CINE.

LARACHE II – 1950


En Larache había un paseo por la costa. Larache dispone de un Atlántico tan voraz como Baldaio aunque sus costas se resisten a ser convertidas en arena.

La vida de un militar colonizador aparte de las oscuras cosas que no sabemos, consistía simplemente en hacerse ver entre la población con su uniforme, su prestancia y su orgullo. La juventud e ingenuidad mi padre no le permitía darse cuenta de que era un peón en ese drama: Un romano de los de antes.

Se sentía feliz por haber colocado a su familia lejos de la carestía de vida que reinaba en la península y donde todos los alimentos, enseres y necesidades eran cubiertas con su humilde sueldo. Una cierta vida rutinaria.

Dentro de esa rutina no podía faltar el paseo de la tarde después de la siesta y mientras mi madre iba a visitar a sus amigas compatriotas él me agarraba de la mano y salíamos a pasear.

Dado que mi padre era de donde yo soy casi siempre me conducía al malecón o a ese camino que se intuye en la foto. Tenía sed de mar.

Yo veía personas pequeñas, minúsculas, cerca del agua. Hoy sé que eran pescadores como los que se ven a la derecha al fondo de la foto pero lo curioso del caso, ignorante de lo que era la perspectiva pensaba realmente que eran seres minúsculos, unas personas de juguete y me quedaba fascinado y yo quería tener una. Ante mis peticiones infantiles mi padre no me comprendia y me llevaba a pasear por la Plaza de España para que se me pasara el berrinche.

FIN DEL DESCUBRIMEINTO DE LOS ENANOS

viernes, 8 de febrero de 2008

ANTIEPÍLOGO

Cuando me dedico un poco a hablar conmigo mismo oigo a veces, no siempre, la voz de un niño. Me agrada comprobar que ese niño no ha muerto y sigue subido en mis espaldas de hombre maduro, padre responsable y ciudadano liberal.

Para ver si me lo saco de una vez de encima escribo este texto teniendo por maestro a Gunter Grass con su tambor de hojalata y sus cruces gamadas, aciertos y errores.


Barcelona Febrero de 2008.

LARACHE I - 1950


La primera tarde que recuerdo de mi vida está coloreada del amarillo de la arena de una playa africana. Para llegar a aquella playa había que coger una barca y atravesar el rio Lucus, en Larache, por entonces protectorado español donde mi padre ejercía de suboficial de artillería y donde miles de años antes los fenicios y los romanos ejercieron su influencia militar tambien. ¡Qué poco cambia el mundo!.

Uno de los productos que mas éxito tuvo en la roma imperial fue el paté de garum de Larache, un afrodisiáco hecho a base de vísceras de atún, morenas y esturión. En Málaga, oh Málaga, ¿Qué haces allí Iris? hay todavía factorias antiguas de garum. En fin sin saber nada de esto, estaba yo gateando por la playa el dia que cumplía dos años.

Eso lo sé porque mis padres me lo dijeron. No iban frecuentemente a la playa pero aquel dia lo recuerda mi madre. Mi padre ya no puede recordar nada. Ademas mi madre se acuerda de mi reacción cuando vi el monstruo. Me acerqué a ella llorando del susto.

He aquí el susto: Gateando feliz por la arena detecté unos puntos simétricos, hoy sé que se llaman así claro, y con cara curiosa los seguí hasta que me di de bruces con una bestia , que no mediria mas que una moneda de 5 céntimos de euro, pero entonces me pareció enorme y amenazadora. Negra y con unas cosas que más tarde sabría definir como mandíbulas, dispuestas a devorar mi nariz. Sali por piernas, nunca mejor dicho, gateando hasta la falda de mi madre que por entonces era una mujer esplendorosa de 25 años. Aun recuerdo el olor de sus ingles.

FIN DE LA PRIMERA TARDE QUE RECUERDO DE MI VIDA

miércoles, 6 de febrero de 2008

POÉTICA DE BOLSILLO
MEDIA CUARTILLA DE PAPEL
Creo que voy a hacer la competencia
a los que ofrecen diarios gratuitos en las entradas del metro.
Voy a escribir mi amor por ti
para alegrar los rostros de los viajeros.
Daré en mano mis cuartillas
impresas con el amor que te tengo.
Y aunque muchas acaben en el suelo o las papeleras,
sé que cinco o seis por día llegarán a un corazón.
Un corazón cansado que recibirá la lluvia
de mi cariño por ti y saldrá refrescado en su última estación.

Hay que inventar nuevas formas de hacer feliz a la gente.

lunes, 4 de febrero de 2008