jueves, 24 de mayo de 2012

A QUIEN ME LEA

Aviso que mis versos, sean o no decentes, cosa que no es el tema,
últimamente se refieren a mi amor por la escritura, sus musas ausentes
y las frías páginas en blanco que solo saben esperar.
También un poco a la jodida muerte.

No hagamos dramas pues si hablamos de la muerte es que estamos vivos. ¿No?
Lo mismo digo de los afectos, del amor y todo lo demás.

Reconozco que mi relación con esos asuntos es perversa
y puede parecer engañosamente explícita
lo cual resulta muy divertido
y extremadamente erótico para mí
imaginaros imaginando cosas que no digo
pero que están dentro de vosotros.

O el triunfo de poner por escrito
cosas que todos sentimos y casi nadie escribe.
En ese sentido me siento un trabajador
a vuestro servicio.

¿Como separar las inspiración de la vida? Lo considero imposible
mas su representación, literaria, pictórica, artística al fin
no es el reflejo fidedigno de lo que le pasa a uno
pero sí el relato de como le traspasa.

En el espejo, que es un vidrio que a la luz le encanta,
solo parte de lo que devuelve se asemeja, deformada, a la realidad.

De este fenómeno lo que me interesa es la parte de luz
que se queda en el espejo, la que no retorna,
haciéndose sombra, ocultándose,
asombrándose de sí misma.

Mi pequeña afición es esclava de ese concepto.
Mis versos, mis palabras.
pretenden ser el relato de lo que no vuelve reflejado, lo que se queda,
lo que tiene más peso, lo que queda sumergido al otro lado.

Pero si lo queréis tomar por el lado personal, biográfico,
incluso cotidiano me alegraré porque seré un espejo como
todos los que nos saludan cada mañana.
ECLIPSES

Tu silencio elude el compromiso
aquello contradictorio
que soñaste mientras dormías:
fuerte, serena, apasionada,
débil, inquieta, colmada.
vacía de la plenitud
que entregaste en tu mina
al explorador que supo hurgarte
en lo más profundo de tus entrañas,
olfateas en la noche
una felicidad insospechada,
entregándote al dictado de las estrellas.

Llegando el nuevo día,
llega aquel Sol rutinario
al cual crees tener derecho
que nadie te ha concedido
y eclipsas el alma,
la interpones contra el cuerpo
y te muestras oscura y apagada
mientras olvidas tus sueños
como se deja la mena de un tesoro
en la boca de una mina abandonada.

Se acaba la noche, huye la calma,
vuelve el frenesí de decidir en cada instancia
si quiere el cuerpo ser alma
o el alma su contrario.
Uno y otra se eclipsan al amanecer
en la agonía de cada madrugada.

miércoles, 16 de mayo de 2012

SUS MANOS

Sus manos, doble pentagrama airoso
que en cada uno de sus dedos lleva una nota,
desde el Do menor hasta el Si mayor,
acarician mi cabello gris
en un acto filial de amor insuperable.

Largas falanges de esperanza se mueven
entre mis cabellos colonizándolos con nuevas ideas
o se apartan manoteando en el aire, decorando sus deseos
con cortinas de aspavientos que pretenden
alejar los negros augures que se aproximan.

El molino de sus dedos se para en su boca
cuando dice una tontería que a ella misma le asombra
y queda plantada en el silencio como un payaso
cuando calcula el daño que su exagerada broma ha causado,
tapando sus labios, limpiándolos de esa risa tonta.

Si sus ojos enormes y abrumadores tuvieran dedos,
a todos nos habría atrapado entre ellos.
Como no es posible, utiliza sus bellísimas manos
para consolarnos y peina nuestras ideas y cabellos.
16 DE MAYO

Fiesta en Gubbio, Umbría - Italia http://www.comune.gubbio.pg.it/Index.aspx?idsottosito=34

De Wikipedia:

"El día 16 de mayo se celebra la festividad de San Ubaldo, siendo el patrón de Gubbio, también se celebra su festividad en Jessup, Pennsylvania, Estados Unidos, y en un pueblo de la Sierra de Gata (Cáceres, España) llamado Cadalso de donde es el patrón de la localidad.

La devoción hacia el santo es muy grande en toda la Umbria y especialmente en Gubbio, donde en TODAS las familias hay al menos algún miembro con el nombre de Ubaldo. La festividad de su patrón se celebra por los habitantes con gran solemnidad."

Vaya lío: Ubaldo el de la fuente, Ubaldo, si hombre si, el hijo de Francesca, Ubaldito el hijo de Ubaldo, ¿No te aclaras?, Ubaldo el diputado, Ubaldo el de aquí y el de más allá. Debe ser la hostia estar en ese pueblo y llamarse Ubaldo en este día, todos invitando a todos.

Me pregunto si habrá Ubaldas o Ubaldinas. Habrá que ir a investigar.

Cuando la Mercé se jubile "la voy a llevar" un 16 de Mayo a Gubbio. Yo con una camiseta que diga "Io sono Ubaldo dalla Catalunya" y ella con otra que diga "I'm Ubaldo's wife.

Me parto de risa.

lunes, 14 de mayo de 2012

RETABLO DE LA INOCENCIA

Ni un anciano con su paloma es suficiente
para hacerme creer en el hijo de una adúltera
que pretendió engañarnos a todos con su buen rollo
mientras a su alrededor ocurrían cosas más importantes
que una borrachera en una boda o una siesta en la montaña.

Ni un barbudo violento y pederasta, pastor de doce mujeres,
podrá taparme la boca como hizo que se las taparan
aquellas que intentaron probar ante sus semejantes
el enorme engaño de su ano-profética conducta
humillando para siempre a nuestras hermanas.

Ni siquiera aquellos que siguen esperando
lo que a todas luces ya ha ocurrido
podrán convencerme de la bondad humana
y mucho menos de la divina viendo
los muros que levantan con sus delirios.

No confiéis en que siga creyendo en la bondad humana
porque lo tenéis crudo. Como mucho creeré,
en la bondad de algún individuo, tomado de uno en uno,
con la bondad del polvo, con la bondad de la nada
que dijo aquel despistado poeta sin mirarla a fondo.

Fundamentando vuestros proyectos sobre los cimientos
de mi silencio, crecéis como la hierba mala crece
arrebatando todos los nutrientes del suelo,
convirtiendo mi vida en un desierto cuya noche
se llena de aullidos interminables de protesta.
PALAMEDES SOUSA Y LA NOCHE

Palamedes Sousa se acicala antes de ir a la cama.
Su leonina cabellera blanca requiere un peinado
para espantar todas las ideas cotidianas y dejar
las dudas bien apaisadas sobre su cráneo.

Sin su chaleco, sin los tirantes, sin ni siquiera sus pantalones
Palamedes Sousa embutido en una bata gris,
se prepara para el sueño como lo haría un consejero de una gran sociedad
antes de rendir cuentas de su gestión.

Y es que para Palamedes Sousa el sueño es importante,
es el territorio donde se desgranan su temores, sus ansias,
donde puede advertir las alarmas que le avisan de sus errores.

Palamedes Sousa si se acuesta medianamente feliz
lo hace con su cuerpo girado a la derecha
intentando que su oreja no le transmita el latido de su corazón.
Si, por el contrario, está inquieto, Palamedes Sousa
se acuesta boca abajo como un náufrago, tapándose la cara
y dejando un orificio para respirar. No suele darle resultado
y tendrá que simular que se siente bien y acordar con su cuerpo
la mejor posición en la que no oiga el tam tam de su corazón.

Por si acaso la noche se presenta revoltosa
Palamedes Sousa tiene alguna lectura al alcance de su mano.
En estos días está leyendo cosas antiguas que ha ido encontrando:
Cartujas de Parma, Episodios más o menos Nacionales y cosas así,
cosas viejas puesto que nuestro amigo también ya lo es un poco.

A medida que envejece Palamedes Sousa evoca tiempos antiguos
maravillándose de que el mundo haya evolucionado tan poco
y siente la sensación de estar, como un ratoncillo blanco,
en una rueda circular que no le lleva a ningún lado.

El sueño va apoderándose de nuestro amigo y su respiración ya es pausada.
Lo vemos en su dormitorio donde todas las prendas están
perfectamente ordenadas sobre una silla y un galán de noche
que atienden su descanso con el respeto de fieles lacayos.

Sabemos que Palamedes Sousa debería adelgazar
pero si quizá fuese bueno para su salud
¿Donde iría nuestra imaginación sin ese orondo vientre?
¿Sin ese cabello de león abrillantado?
¿Sin esos tirantes escandalósamente anchos?
¿Sin sus pasos de patriarca sereno reinando por las calles de su barrio?
Estas son las ideas que hacen pórtico a su sueño.

Dejemos dormir a Palamedes Sousa
y vayamos nosotros también a la “petit mort”
del descaso que nos espera.

miércoles, 9 de mayo de 2012

PALABRAS AL VIENTO

Tengo ganas de escribir, algo me empuja desde dentro pero no tengo pajolera idea de lo que pueda ser.
Quizá moviendo los dedos, rectificando errores y buscando una prosodia musical ayude a salir
lo que me hincha el pecho, lo que me aprieta. Creo que estoy rompiendo aguas.
Si es un alarde, lo expondré como juvenilmente hacíamos tonterías para asombrar a nuestros amigos. Será un alarde y quedará como anécdota.

¿Pero si es nada, si es una banalidad?. ¿En qué quedará ese mi deseo, que no sé si es mío, de explicarme?

Para ser digno de lo que siento regué mi cuerpo con agua caliente, peiné mi cabello, afeité mi cara
y perfumé mis axilas. Me siento limpio pero las ideas siguen molestándome sin revelarse, miro en un espejo
y es de las pocas veces que no me doy miedo. Tengo una tarea y estoy preparado.

Quiero elevarme, sin ponerme profético, sobre la inmundicia del horrible programa
de vivir casi sin tiempo, sin espacios abiertos, sin buen rollo con nuestros cuerpos.

Bla, bla, bla ... Palabras que se las lleva el viento. ¿A donde irá a parar todo esto?.

A pesar de ir escribiendo con toda libertad exponiéndome al ridículo siento todavía atenazada mi garganta.

Estoy a punto, algo sube a la superficie, está cerca, casi podré declarar que la tengo ya atrapada
la idea que estaba escondida en mi pecho: Es una idea universal, vieja y gastada. No me pertenece.
Tan solo me ha utilizado para ser su mensajero. Ya la tengo, ya disfruto, ya grito paradójicamente contento
y proclamo la la gran verdad necesaria en estos tiempos: Piedad y si no compredéis esa palabra preguntadle a Miguel Ángel,

Mi pecho es un vientre abierto y satisfecho. Ha sido un esforzado un parto.
OLAS Y HAMBRE

Resulta curioso que a medida que nos vamos acercando a la muerte, que es una manera muy fea de hablar del envejecimiento, en vez de irnos aproximando unos a otros, nos aferramos a nuestra propia personalidad y exigimos un trato reverente a nuestra manera de ser. "Que si no hablo por teléfono de esas cosas", " Que ya nos veremos", "Que sin importame digo ¿Como estás?", "Haremos esto y lo otro (Sin considerar lo que haremos sin ti)", "¿Qué me dices, no te entiendo?, "Ah ¿Sí? ¿Tanto hace que no hemos hablado?", "Haz esto y aquello. Contamos contigo, campeón", y la peor de las preguntas: "¿Como te va?".

Pensaba que iba contigo, que lo sabías casi todo de mí porque somos náufragos de la vida y porque daría mi carne para que supervivieras.

Mis quejas son románticas porque ponen al hombre en tu centro, que es el mío, pero me temo que el humanismo haya periclitado.


lunes, 7 de mayo de 2012

PALAMEDES SOUSA LEE LA PRENSA VICTORIANA

(Antecedentes que no conoce Palamedes Sousa)

En la cueva hacía frío y en una de sus paredes ciertas frases, escritas quizá con piedras, con estilo cuneiforme, atrajeron la mirada del explorador. La luz de la antocha de su sirviente oscilaba con el aire cada vez más violento y al cabo se cansó de mirarlas. Nada entendía y la antorcha se apagó.

Flaterly Junior había mirado los signos con una copa de sherry en la mano mientras las frases se callaban esperando nuevos siglos hasta que la luz volviese.

Al no entender lo que señalaban aquellos signos no vió que tres-catorce-diecises ya había sido formulado cinco mil años antes del reinado del rey Jorge y sin abandonar su conciencia de pertenecer a su clase social, o precisamente por ello mismo, despreció lo que no entiendía. Sin siquiera con un mohín de disconformidad dió sus espaldas a las rocas que le gritaban una verdad que le haría inmortal si supiera verla y abandonó la tarea. Sus trabajadores comprendieron su desinterés y se dispersaron en busca de sus familias antes de que estallese la tormenta.

Rugìó el polvo en densísimas nubes ocres sobre las tiendas militares de grueso tejido sudanés y el hijo de los Flaterly se estiró en su cama mientras diseñaba en duermevela un campo de criket para enseñar tan delicado juego a los indígenas.

En aquella cueva cercana los murciélagos se despertaron agitados por el viento sucio que les azotaba pero se quedaron quietos pués la Luna todavía no se había presentado.

Tanta era la fuerza del viento que la copa y la botella, dentro de la tienda, se llenaban de arena así como la boca del teniencillo que roncaba temerariamente con la boca abierta dejando tras de sí su historia.

(Palamedes Sousa abre un períódico que ha comprado en el Rastro)

THE EVENING STANDARD - 19, July, 1932
"El teniente de su Majestad, Sir John Flaterly de los Flaterly de Shinian, doudécima generación desde Ricardo, de la quinta brigada de los Leones de Dalmacia, ha comunicado por correo a nuestro corresponsal en El Cairo que ha sido encontrado el cadáver de su hermano menor, teniente de nuestra Reina en unas remotas montañas que todavía no han sido cartografiadas por nuestro honorable ejército. No se han producido bajas. Sir Flaterly comenta que la actitud del cadaver era serena como corresponde a la dignidad de un coracero de su Majestad. A los piés de su lecho, sigue informando su abatido hermano, había una tablilla de pizarra donde aparece la siguiente frase que este periódico considera sumamente enigmática: "Ellos ya lo sabían, lo sabían". Seguiremos informando

miércoles, 2 de mayo de 2012

EL GRITO

Vi el mar, miré para otro lado y no le dije nada.
Vi la Luna, me quedé en silencio y no le dje nada.
Vi un árbol, pasé a su lado y no le dije nada.
Vi una niña llorando y no le dije nada.
Vi un mendigo que extendía su mano y no le dije nada.
Vi a un amigo humillando a otro mío y no le dije nada.
Vi a mi hijo crecer y no le dije nada.
Vi a mi doctor y no le dije nada.
Vi un perro abandonado y no le dije nada.
Vi un mensaje de mi amigo y no le dije nada.
Vi una gaviota comiendo una paloma y no le dije nada.
Vi a mi colega de trabajo lamiendo el culo a nuestro jefe y no le dije nada.
Vi una mujer borracha desesperada y no le dije nada.
Vi un hombre pegar a su hijo y no le dije nada.
Vi un policia escupir en el suelo y no le dije nada.
Vi a un pequeño empresario haciendo dinero negro y no le dije nada.
Vi un joven pidiendo en la calle y no le dije nada.
Vi el cadáver de mi madre y no le dije nada.
Vi un ladrón robando a un turista y no le dije nada.
Vi gritar a un tipo insultos contra las mujeres y no le dije nada.
Vi una anciana que no se atrevía a pasar la calle y no le dije nada.
Vi un camarero cansado que me puso un café a las once de la noche y no le dije nada.
Vi un coche que casi me atropella y al conductor no le dije nada.
Vi que mi periódico preferido decía sandeces y no le dije nada.

Vi una bandera y tras ella fuí gritando.