miércoles, 23 de enero de 2008

Baldaio para principiantes - 13
PADRE

Viniste conmigo para la última pesca. A duras penas te enterabas donde tantas veces habias estado conmigo haciendo grandes capturas. Te sentía feliz pero ausente aunque no inhabilitado para montar tu caña y, aunque te liaste en encordar la tanza y ensartar el hilo y poner el anzuelo se notaba que recordabas los ritos de la pesca. Estaba el mar fuerte como nos gustaba y pusimos plomos de 200 gramos y empatamos los anzuelos con carne de vísceras de pulpo. Yo lanzé la caña por ti, ya sabía de tus limitaciones físicas. Con tu gorra de marinero y atendiendo el sedal sentí que eras el de siempre. Me engañaba pero esa mentira me hacía sentir muy bien. Baldaio te iluminaba la cara mientras te miraba desde veinte metros… yo tambien por supuesto intentando pescar. No pescaste nada pero yo sí: Esa imagen que me consolará toda mi vida.