PEONES

1 – Que la marea esté medio alta y bajando
2 – Acercarte a la playa, allí donde desagua la laguna.
3 – Que sea temprano u otros danzarines ya habrán exhibido su arte.
4 – (Opcional) Llevar unos prismáticos. ¿El escenario?. Efectivamente: Baldaio.
Del vestuario de la danza: Ellos, si hace calor, en traje de baño y si hace frío totalmente cubiertos hasta las rodillas, con tendencia a tener una visera de Nike puesta hacia atrás. Ellas: Siempre muchos refajos y un pañuelo en la cabeza . Todos: Los pies descalzos.
De los elementos totémicos: Ambos géneros deben de disponer de una bolsa de tela atada a la cintura y tan grande como sea su ambición. Tambien han de disponer de un palo o pértiga de unos dos metros de largo, al final del cual está bien atada un hoz. El filo ha sido romado. No corta.
De los pasos de la danza: Ambos sexos se comportan igual. Se apoyan sobre un solo pié en la arena inundada por una pequeña marea de agua marina, cosa de diez centímetros, e introducen la hoz en la arena con un ritmo exactamente igual al de la batuta de un director de orquesta durante un “minuendo”. En cuanto sienten una pequeña resistencia elevan el palo y, con el otro pié, inmovilizan contra la hoz, un pez que es muy parecido al boquerón pero de doble o triple tamaño. Depende de los nutrientes que ese año esté ofreciendo la marisma.
Se repite la danza hasta lograr satisfacción o desesperación o la marea haya bajado. Por cierto al pez le llamamos peón y lo empleamos como cebo. No os cuento lo que se hace con esos peces para no herir la sensibilidad de los menores de 55 años. Aunque está riquísimo frito. De carne muy fina para los humanos y las lubinas.
Al fin y al cabo ambos hemos salido del mar. Nosotros por evolución y ellos por extracción.