MADRE

En Baldaio si te decides a pescar toda la noche verás caer nuestra estrella Madre en el horizonte y sentiras un eco lejano de tu terror primitivo sobre todo si es luna nueva,.
Combates su ausencia con el espectáculo inconmensurable de sus hermanas, las estrellas lejanas. Hay miles de millones de amaneceres y ocasos en nuestra Galaxia.
No dura mucho tu miedo pués poco a poco se va imponiendo la calma del silencio del Universo en las primeras horas de la noche, poblado por brillos de artefactos humanos.
A las 4 de la madrugada estás ralmente solo pero tu lucided aumenta al paso de las horas. Has decidido no dormir y no perderte lo que pasa cuando sueñas.
El ruido constante del mar, el viento que te hostiga, la falta de vibraciones en el sedal, te dan tiempo para dejarte impregnar por las estrellas que desgraciadamente ninguna escuela te ha enseñado a identificar.
Pasan las horas…. Y en un tiempo que te parece breve, sale nuestra estrella Madre por tu espalda. Anunciando su llegada con tonos pasteles un poco más desvaídos que los de su ocaso. Por eso la muerte es más dramática que el nacimiento siendo ambas cosas semejantes.
Entonces vuelves a la habitación lleno de luz estelar y ruido de olas por dentro, sabiendo que has dado media vuelta al mundo sin moverte de Baldaio. Ojalá tengas la suerte que alguien medio dormido te pregunte: “¿Qué, han picado?”.