martes, 29 de noviembre de 2011

SOLILOQUIO SIN LA MUSA

Tiene sentido mi enfado
al saber que repasas mis versos
con displicencia cortesana,
incapaz de emocionarte,
pues desde el primero hasta el último
los escribí para ti y tan solo dices:
Sigue trabajando.

Cuando cazo una idea pura, escurridiza,
limpia, inocente, bella ,
soy tan primitivo como aquellos
que llevaban el corzo muerto
a la puerta de la caverna.

Si mis versos dieran pié
a largas conversaciones
los cocinaríamos a fuego suave
gozando de su posible gracia,
apagando con nuestras risas
las lámparas del alba y el ocaso.

No tiene sentido mi enfado,
ya no estás a mi lado.